Tu AUSENCIA duele
los días son noche
la noche se torna día
pero el aire acaricia las
caras que tu vigilas.
Cosas vanales las hacías grandes
los que mirando al fondo
de tu persona sólo veíamos
el alma buena y generosa.
Ahora no hay aire
solo ventisca, que no acaricia
las caras huerfanas de nuestra vida.
¡Aire no pares! ¡te necesito!
si no respiro no seré nadie
él nos vigila, él nos abraza
él solo quiere que tú aire nos acaricies.