Historia
de la Copa Mundial de la FIFA
Ningún otro
acontecimiento deportivo logra captar la atención del mundo como lo hace la
Copa Mundial de la FIFA.
Desde su primera
edición, celebrada en Uruguay en 1930, la competición de la FIFA por excelencia
no ha dejado de crecer en prestigio y popularidad.
La singular idea de
hacer que las mejores selecciones del planeta compitiesen por el título de
campeonas del mundo fue posible gracias a un grupo de visionarios
administradores futbolísticos franceses, dirigidos en 1920 por el innovador
Jules Rimet. El trofeo original, de oro, recibió el nombre de Jules Rimet y se
disputó tres veces en la década de los 30, antes de que la Segunda Guerra
Mundial interrumpiese la competición durante doce años.
Tras su reanudación, la
Copa Mundial progresó con rapidez hasta adquirir su indiscutible condición de
mayor acontecimiento deportivo, de una única disciplina, del mundo moderno.
Disputada en Europa y en América sucesivamente desde 1958, la Copa Mundial
marcó un nuevo hito cuando, en mayo de 1996, el Comité Ejecutivo de la FIFA
decidió que la edición de 2002 fuese organizada conjuntamente por Corea y
Japón.
Desde 1930, los 16
torneos sólo han tenido siete campeones distintos. No obstante, la Copa Mundial
se ha visto marcada por momentos sorprendentes que han contribuido a escribir
la historia del fútbol, como el triunfo de Estados Unidos sobre Inglaterra en
1950, la derrota de Italia ante Corea del Norte en 1966, el ascenso de Camerún
en los años 80 o su victoria sobre Argentina, defensora del título, en el
primer partido de la edición de 1990.
En la actualidad, la
Copa Mundial consigue hipnotizar a todo el público del planeta. El torneo
celebrado en Francia en 1998 logró una audiencia global de más de 3.700
millones de personas, de las cuales aproximadamente 1.300 millones siguieron la
final. Más de 2,7 millones de espectadores acudieron a presenciar los 64
partidos disputados en los estadios franceses.
Sin embargo, tras todos
estos años y después de todos los cambios que se han producido, el centro de
atención de la Copa Mundial de la FIFA sigue siendo el mismo: el reluciente
trofeo de oro, que encarna las aspiraciones de cualquier futbolista.