«Hispanidad»:
historia y significación de la palabra
historia y significación de la palabra
Discusión sobre la antigüedad y
extensión del término Hispanidad.
Próxima la celebración, un año más,
de la «Fiesta de la Hispanidad», quiero referirme
al origen del vocablo, porque continuamente uno se tropieza en diversos
escritos que la palabra tiene su principio en el vasco Mons. Zacarías
de Vizcarra. Por poner sólo un ejemplo, resumimos lo que hemos
encontrado en una de las enciclopedias consultadas: «El profesor español López
Ibor define la Hispanidad, término creado por Monseñor Vizcarra...»{1}
Pero esto no es cierto, como vamos a ver, porque es el propio monseñor quien lo
desmiente en un escrito que publica en un semanario dirigido entonces por Juan
Aparicio, antiguo jonsista, y que dice:
Origen del nombre y Fiesta de la Hispanidad
En varias oportunidades y en diversas revistas he aclarado conceptos inexactos o confusamente expresados que corren por los libros y la Prensa acerca de los orígenes históricos del nombre, concepto y fiesta de la Hispanidad, por atribuírseme a mí equivocadamente la invención material de ese vocablo, al mismo tiempo que se pasan por alto circunstancias históricas que señalan el punto de arranque del hermoso movimiento que se distingue con dicho nombre.
Fue mi gran amigo D. Ramiro de Maeztu uno de los primeros que me atribuyeron la creación del vocablo «Hispanidad» en su libro Defensa de la Hispanidad publicado a principios de 1934. El ejemplar que me envió a mi residencia habitual de Buenos Aires lleva esta dedicatoria autógrafa: «Al Rev. P. Zacarías de Vizcarra, creador del vocablo 'Hispanidad' con la admiración y la amistad de Ramiro de Maeztu». Y en la página 19 de la Obra se lee: «La palabra se debe a un sacerdote español y patriota que en la Argentina reside, D. Zacarías de Vizcarra».{2} [...]
En varias oportunidades y en diversas revistas he aclarado conceptos inexactos o confusamente expresados que corren por los libros y la Prensa acerca de los orígenes históricos del nombre, concepto y fiesta de la Hispanidad, por atribuírseme a mí equivocadamente la invención material de ese vocablo, al mismo tiempo que se pasan por alto circunstancias históricas que señalan el punto de arranque del hermoso movimiento que se distingue con dicho nombre.
Fue mi gran amigo D. Ramiro de Maeztu uno de los primeros que me atribuyeron la creación del vocablo «Hispanidad» en su libro Defensa de la Hispanidad publicado a principios de 1934. El ejemplar que me envió a mi residencia habitual de Buenos Aires lleva esta dedicatoria autógrafa: «Al Rev. P. Zacarías de Vizcarra, creador del vocablo 'Hispanidad' con la admiración y la amistad de Ramiro de Maeztu». Y en la página 19 de la Obra se lee: «La palabra se debe a un sacerdote español y patriota que en la Argentina reside, D. Zacarías de Vizcarra».{2} [...]
Basta hojear los viejos diccionarios castellanos para encontrar en ellos esta palabra, aunque con diversa significación de la que ha recibido actualmente y con la esquela mortuoria de 'anticuada'. Así, por ejemplo, la quinta edición del Diccionario de la Academia publicado en 1817 dice así: 'Hispanidad, s. f., ant.' [...]. Tan antigua es esta palabra en su sonido material, que la encontramos en el Tratado de ortografía y acentos del bachiller Alexo Vanegas impreso en Toledo sin paginación, el año 1531 y conservado como preciosidad bibliográfica en la Biblioteca de la Real Academia de la Lengua. «De los oradores [dice Vanegas] Marco Tulio y Quintiliano son caudillos de la elocuencia, aunque no les faltó un Polión que halla hispanidad en Quintiliano{3} (segunda parte Cap. V)».{4}
Por su parte, Gustavo Bueno expone:
«La idea de una Hispanidad centrada en torno a la cultura cristiana más
tradicional (Zacarías de Vizcarra, en 1926; Ramiro de Maeztu, en 1934) es
considerada por la 'izquierda' como expresión de la 'derecha más reaccionaria';
sin embargo, el término 'hispanidad' fue acuñado por Unamuno en 1909.»{5}
El filósofo sigue aquí sin duda las noticias que ofrecía Jorge Lombardero en su
artículo «Maeztu y la Hispanidad» (publicado en 1999, en El
Basilisco, revista de la Fundación Gustavo Bueno), quien a su vez
toma esa fecha de 1909 de Ernesto Giménez Caballero (ver la nota 24 de su artículo). Y en la revista
electrónica El Catoblepas, número
5, pág. 19, julio de 2002, que dirige y realiza Nódulo
Materialista, insiste mi buen amigo Jorge Lombardero Alvarez en el asunto,
repitiendo que Unamuno, en 1909, habría escrito:
Digo Hispanidad y no Españolidad
para atenerme al viejo concepto histórico-geográfico de Hispania, que abarca a
toda la península ibérica.
Digo Hispanidad y no españolidad para incluir a todos los linajes, a todas las razas espirituales, a las que ha hecho el alma terrena y a la vez celeste de Hispania, de Hesperia, de la península del Sol Poniente.
Y quiero decir con Hispanidad una categoría histórica, por lo tanto espiritual, que ha hecho, en unidad, el alma de un territorio, con sus contrastes y contradicciones interiores. Porque no hay unidad viva si no encierra contraposiciones íntimas, luchas intestinas.
Digo Hispanidad y no españolidad para incluir a todos los linajes, a todas las razas espirituales, a las que ha hecho el alma terrena y a la vez celeste de Hispania, de Hesperia, de la península del Sol Poniente.
Y quiero decir con Hispanidad una categoría histórica, por lo tanto espiritual, que ha hecho, en unidad, el alma de un territorio, con sus contrastes y contradicciones interiores. Porque no hay unidad viva si no encierra contraposiciones íntimas, luchas intestinas.
Aquí termina Jorge Lombardero la
transcripción de lo escrito por Miguel de Unamuno, cuando lo cierto es que éste
sigue diciendo:
La Hispanidad, ansiosa de justicia
absoluta, se vertió allende de Océano, en busca de su destino, buscándose a sí
mismo, y dio con otra alma de tierra, con otro cuerpo que era alma, con la
Americanidad, que busca también su propio destino...
Sin embargo, este artículo de
Unamuno que Jorge Lombardero manifiesta haber sido publicado en 1909, sin
decirnos dónde, no apareció publicado hasta 1927 en una revista argentina{6},
recogido después en sus Obras Completas.{7}
Lombardero dice asimismo que Mons. Zacarías de Vizcarra afirma que el
descubrimiento no era suyo en un opúsculo editado por el Ayuntamiento de
Zaragoza en 1946, pero ya hemos visto que antes así lo había reconocido en el
semanario El Español, en octubre de 1944. De nuevo Lombardero en la
revista El Catoblepas afirma también que el obispo Martínez Vigil ya
habría utilizado ese vocablo en Covadonga en 1901. Sin embargo, el biógrafo de
este obispo, el dominico P. José Barrado, nada comenta al respecto porque,
según él, no encontró ningún indicio de que el prelado pronunciara nunca esa
palabra que, por otra parte, el mismo Mons. Zacarías de Vizcarra ya nos indica
que figura en la quinta edición del Diccionario de la Academia publicado en
1817.
Y volviendo a Miguel de Unamuno es
muy posible que el ilustre vasco sea el primero que haya utilizado el vocablo
«Hispanidad» en un sentido histórico y cultural «para quien designaba la unidad
profunda del mundo hispánico, España y América del Sur. La base de aquella
homogeneidad se encontraba, a juicio del pensador vasco, no en la raza, en la
religión o en la realidad política, sino en la lengua castellana»{8};
en esa «lenguaje –dice Unamuno– de blancos, y de indios, y de negros, y de
mestizos, y de mulatos; lenguaje de cristianos, y de ateos; lenguaje de hombres
que viven bajo los más diversos regímenes políticos»{9}.
De todas las maneras, hay quien también piensa que en ese mismo sentido el
primero en utilizar el vocablo «Hispanidad» fue el portugués Antonio Sardinha{10}
«precisamente, sí, un portugués, porque Portugal también es 'Hispania', aunque
la idea de una comunidad hispánica de cultura se hala ya en autores como Rubén
Darío, Santos Chocano o Menéndez Pidal».{11}
Decíamos también que Ramiro
de Maeztu había escrito:
«'El 12 de octubre, mal titulado el
Día de la Raza, deberá ser en lo sucesivo el Día de la Hispanidad'.{12}
Con estas palabras encabezaba su extraordinario del 12 de octubre último un
modesto semanario de Buenos Aires El Eco de España. La palabra se debe a
un sacerdote español y patriota que en la Argentina reside, D. Zacarías de
Vizcarra. Si el concepto de Cristiandad comprende y a la vez caracteriza a
todos los pueblos cristianos, ¿por qué no ha de acuñarse otra palabra, como
esta de la Hispanidad, que comprenda también y caracterice a la totalidad de
los pueblos hispánicos?»
Pero Maeztu no nos aclara en qué año
escribió Zacarías de Vizcarra el artículo al que hace referencia. Sin embargo
fue el 17 de marzo de 1926 –año que ya apuntaba Gustavo Bueno– cuando lo
escribe y cuando Vizcarra considera el vocablo en una doble acepción, una
geográfica como conjunto de todos los pueblos hispánicos; y otra histórica y
ética, que denominaba al conjunto de las cualidades a dichos pueblos. «En la
primera acepción la Hispanidad abarca España y Portugal, de cuya acción
evangelizadora surgió una comunidad de veinte naciones americanas configuradas
en un mismo sentido social, político y religioso. La Hispanidad, en la segunda
acepción, era producto del catolicismo.»{13}
Efectivamente, cuando Mons. Vizcarra
habla de «mal titulado Día de la Raza», es porque en el mundo hispanoparlante
son infinitas las razas que habitan en él, por lo que parece, más bien, una
denominación incongruente. «Sólo podría aceptarse –dice Ramiro de Maeztu– en el
sentido de evidenciar que los españoles no damos importancia a la sangre, ni al
color de la piel, porque lo que llamamos raza no está constituido por aquellas
características que pueden transmitirse al través de las obscuridades
protoplásmicas, sino por aquellas otras que son luz del espíritu, como el habla
y el credo. La Hispanidad está compuesta de hombres de las razas blanca, negra,
india y malaya, y sus combinaciones, y sería absurdo buscar sus características
por los métodos de la etnografía.»{14}
Por su parte, José Antonio
Calderón-Quijano opina de esta manera: «No debemos en modo alguno hacer de la
raza hispana un factor de superioridad en América. Nada más inadecuado que la
denominación de 'Día de la Raza' a la fecha del 12 de octubre que lo es del
Descubrimiento de América. La exaltación racial, y el concepto de supremacía
racista en cuanto a América, resultaría altamente equivocado y no responde a la
realidad.»{15}
Maeztu rechazó cualquier idea de
carácter imperialista que viniera de la idea de Hispanidad. Para él el Imperio
español era una Monarquía misionera, que el mundo designaba propiamente con el
título de Monarquía católica. Otros, como Jaime Suárez{16},
en pleno ardor juvenil, «definió una vez la Hispanidad como la Revolución
Nacional Sindicalista»{17}.
Sin embargo, nada que se parezca a Imperialismo había en esta definición. El
Imperialismo es otra cosa: es la actitud y doctrina de quienes propugnan o
practican la extensión del dominio de un país sobre otro u otros por medio de
la fuerza militar, económica o política.
Aclarado el origen del vocablo
«Hispanidad» veremos ahora quién fue el creador del «Día de la Raza», también
conocida como «Fiesta de la Raza». Fue el asturiano, José
María González, que firmaba con el seudónimo de «Columbia»,
quien nos cuenta que estando en Cuba en 1909 leyó en el Diario de la Marina
de La Habana que el Estado de Illinois de los EE. UU. hacía festivo el 12 de
Octubre como aniversario del Descubrimiento del Nuevo Mundo. En ese momento
pensó que con más razón debieran hacerlo los cubanos y también «nuestra
España». En este sentido se dirigió a Wifredo Fernández director de otro
periódico de La Habana El Comercio, a quien conocía y a quien le expuso
la idea. Idea que recogió el mismo periódico en un artículo que escribió el
propio «Columbia», a la vez que se dirigía al periodista español Mariano de
Cavia, colaborador del periódico madrileño El Imparcial, para que
defendiera su idea, pero que al parecer no le atendió.
En 1911 se celebró en Asturias el
centenario de la muerte del ilustre Jovellanos a cuya conmemoración vinieron
desde Cuba muchos asturianos; los hermosos actos astur-americanos celebrados le
recordaron a «Columbia» el artículo que dos años antes había publicado en La
Habana y enamorado del ideal de unión hispano-amaricano le dolía que llegara a
perderse la vibración de esa conmemoración por lo que decidió trabajar sobre
una idea que tuviera carácter permanente. La ocasión la tuvo al año siguiente
con motivo de celebrarse el Centenario de las Cortes de Cádiz. Allí acudió
«Columbia» quien formuló su propuesta a través del Diario de Cádiz «que
la publicó patrióticamente como artículo de fondo el 6 de octubre, en el número
que reseñaba la velada parlamentaria conmemorativa del Centenario de las
Cortes. Y así nació la 'Fiesta de la Raza'»{18}.
Sin embargo, la fiesta cívica del 12 de Octubre recibió diversas
denominaciones: los Estados Unidos instituyeron la fiesta con el nombre de «Día
de Colón», también «Día del Desembarco»; el general Primo de Rivera, recogiendo
una idea del embajador de la República Argentina, propuso que se llamara
«Fiesta del Idioma», pero ese intento quedó sin efecto debido a que la Academia
de la Lengua informó que no procedía cambiar la denominación porque la «Fiesta
de la Raza» había sido ya consagrada con este título en «la legislación oficial
de muchos países americanos y también porque al hablar solamente del idioma,
quedarían excluidos Portugal y el Brasil, con los cuales se deseó siempre
contar para asociarlos a la mencionada fiesta».{19}
En efecto, «aunque la palabra
'Hispanoamérica' no excluya la América portuguesa, es decir, Brasil, se suele
utilizar cuando se quiere incluir de manera inequívoca a ésta el término
Iberoamérica»{20}. Sin embargo, muchos cursis en España
y fuera de ella suelen utilizar la expresión Latinoamérica o América Latina. A
menudo lo vemos también en los titulares de algunos periódicos. Cuando escribo
estas líneas, por ejemplo, uno de los diarios de mayor circulación en España al
referirse a los presidentes de Méjico, Perú, Chile, Ecuador y Honduras los cita
como presidentes de Latinoamérica. Este nuevo concepto aparece, según algunas
opiniones, con objetivos político-culturales, en textos del colombiano José
María Torres Caicedo y del chileno Francisco Bilbao, que escribían desde París.
«Y aunque estos términos empiezan siendo utilizados como equivalentes o
sinónimos de los entonces vigentes América Hispana o Hispanoamérica, lo cierto
es que estos últimos dejan de emplearse poco a poco, a impulsos de un
movimiento indigenista de raíz antiespañola, encabezado por Vasconcelos{21},
quien lo abandona para confesar, poco antes de morir, que 'parias del alma nos
quedamos al renegar de lo español que había en nosotros'»{22}.
Otros dicen que sin llegar a emplear la misma expresión, fue el economista y
senador francés Michel Chevalier –que había viajado a los EE.UU., Méjico y
Cuba– quien acuñó el vocablo «Europa Latina». Posteriormente su empleo «se
empezó a prodigar entre 1861 y 1868 por seis autores franceses y dos
hispanoamericanos residentes en Francia. Uno de ellos, l'abbé Domenech, la
primera vez que empleó el término 'l'Amerique Latine' hubo de aclarar c'est
á dire, le Mexique, l'Amérique Centrale et l'Amérique du Sud».{23}
Por su parte, Guillermo Cabrera
Infante dice que es una aberración llamar latinoamericanos a los
hispanoamericanos, y tiene toda la razón porque éstos no heredaron el latín
como España, heredaron el español: «¿Desde cuándo está la Roma antigua en
México? ¿Y en Buenos Aires? ¿Quién germinó esa aberración?», pregunta el
escritor cubano. Para Cabrera quien introdujo el término latino fue un ministro
de Napoleón III para justificar de alguna manera su intervención en Méjico: «Al
pobre emperador Maximiliano, que pretendía ser Rey de México, lo fusilaron y su
esposa Carlota murió absolutamente loca en Bélgica, cantando habaneras». Y
Cabrera seguía haciendo preguntas y decía que en Paraguay los indígenas ofician
el guaraní, pero «¿desde cuándo o desde dónde hablan esos indígenas el latín? O
los indígenas de los dominios del enmascarado: ¿hablan los lacandones –que
surgieron después de los mayas– el latín?»{24}
Así pues, algunos se las han
arreglado para inventar eso de «América Latina» so pretexto, por ejemplo, de
que en Haití se habla francés: Pero esto con ser malo no es lo peor, lo peor es
que, como decía antes, algunos cursis dentro de España lo están utilizando y
las Indias formaron siempre parte de la Corona de Castilla. Se integraron a
ella como se unirían otras tierras a lo que más tarde llamaríamos España y que
junto con aquellos países que hablan nuestro propio idioma llamamos sin más:
Hispanoamérica que junto con España forman la Hispanidad.