miércoles, 17 de abril de 2013

94 ANIVERSARIO DE LA CANTANTE CHAVELA VARGAS



Biografía de Chavela Vargas

 La Chamana que volvió cosa de mujeres la música ranchera

Sus inicios en la música, sus célebres amistades y su participación en la pantalla grande. Una verdadera vida de película

México.- Chavela Vargas se convierte en uno de los grandes personajes en boca de todos gracias al doodle de Google para algunos países de Latinoamérica y España porque este 17 de abril la mexicana celebraría su 94 cumpleaños.

Chavela Vargas, mujer de rompe y rasga, aunque asociada a México y a su cultura, nació en Costa Rica, en San Joaquín de Flores. Hija de Francisco Vargas y Herminia Lizano, Chavela Vargas fue bautizada en la parroquia de Guadalupe dos meses después, concretamente el 15 de julio de 1919, con el nombre María Isabel Anita Carmen de Jesús.
La icónica cantante de rancheras tuvo una infancia difícil. Sus padres se divorciaron y se desentendieron totalmente de ella, dejándola al cuidado de unos tíos. De pequeña sufrió poliomielitis y cuando se recuperó comenzó su interés por la canción ranchera, un estilo que interpretaba con un estilo muy peculiar y particular, algo que le valió la distinción.

Chavela Vargas no se cohibió en ningún momento y decidió dirigir su carrera hacia una de las vertientes de la canción ranchera -la representada por José Alfredo Jiménez- más machista y emotiva, esa que trataba sobre amores y desamores casi siempre con el alcohol de por medio.

La cantante fue capaz de contar sus canciones desde una perspectiva masculina y con el acompañamiento de mariachis. A Chavela le gustaba cantar este tipo de canciones, lo hacía sola, con apenas una guitarra y con su voz, emulando, de este modo, la forma de cantar de un hombre ebrio. Es por eso que, en ocasiones, bajaba el ritmo de las melodías. Así, conseguía teñir de más desgarro canciones que otros entendían únicamente como pícaras o de humor.
Ir contracorriente
Chavela Vargas vestía como un hombre, fumaba tabaco, bebía mucho, llevaba pistola y era reconocida por su característico gabán rojo. A los 81 años, en una entrevista emitida en la televisión colombiana en el año 2000, confesó sin ningún tipo de tapujos su homosexualidad.

Chavela Vargas se trasladó a México cuando cumplió los 17 años y posteriormente adoptó la nacionalidad mexicana. Durante mucho tiempo estuvo cantando en las calles hasta que a los 30 pudo hacerse cantante profesional con el apadrinamiento del compositor y cantante José Alfredo Jiménez, de quien era compañera de parrandas. Según cuentan, cuando Jiménez falleció, Chavela Vargas acudió a su velatorio y se desplomó sobre el ataúd cantando y llorando borracha. Cuando varias personas intentaron apartarla, la viuda de Jiménez las detuvo: «Déjenla, que está sufriendo tanto como yo».

Chavela Vargas comenzó a hacerse conocida a finales de los años 50 en pequeños y selectos círculos artísticos, en gran parte gracias a las actuaciones que llevaba a cabo en Acapulco, meca del turismo internacional. En la sala Champagne Room del restaurante La Perla de la ciudad actuaba. Chavela Vargas participó en la fiesta nupcial de Elizabeth Taylor y Mike Todd, a la que también asistieron famosos como Cantinflas, Debbie Reynolds y su entonces marido Eddie Fisher.

En aquella época Chavela conoció a Ava Gardner, Rock Hudson y Grace Kelly. Además, se hizo muy amiga de pintores como Diego Rivera y Frida Kahlo, que la llegaron a alojar en su casa. A lo largo de su longeva vida, Chavela Vargas estrechó lazos con Picasso, Pablo Neruda, Federico García Lorca, Carlos Fuentes, Carlos Monsivais, Juan Rulfo, López Michelsen, Agustín Lara, Alfonso Camín, Nicolás Guillén, Juan Carlos del Valle y Gabriel García Márquez, con quien cenaba una vez al año en cualquier lugar del mundo donde se encontraran.

Chavela Vargas tuvo una gran cercanía en el mundo de la música con artistas de la talla de José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Tomás Mendez, Álvaro Carrillo, Cuco Sánchez, Facundo Cabral, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel, Juan Gabriel Sara Baras, Buika y María Dolores Pradera, entre otros muchos.

Música y Cine
Su primer álbum fue publicado en 1961 y Chavela Vargas puso fin a su carrera profesional a finales de los años 70 para permanecer en el anonimato. En ese tiempo, Chavela Vargas reconoció sus problemas con el alcoholismo, que consiguió superar para regresar con más fuerza si cabía en 1991. Chavela Vargas recibe hoy en día el reconocimiento que merece una vida dedicada a la canción y la interpretación bajo el prisma de una voz inigualable y maestra.

Chavela Vargas también debe buena parte de su fama a su aparición en varias películas de éxito, bien a través de canciones incluidas en dichas películas o incluso interpretándolas en persona. Werner Herzog contó con ella para interpretar a una nativa, en su película Grito de piedra (1991). El director español Pedro Almodóvar fue uno de sus primeros difusores, contribuyendo así darle popularidad en España al incluir canciones que Chavela Vargas cantaba en varios de sus filmes, como Tacones lejanos. Chavela apareció después en la película de Julie Taymor, Frida, interpretando una versión del popular son istmeño "La llorona" y de la canción ranchera de Tomás Méndez "Paloma negra". De igual modo, Chavela Vargas también apareció en Babel, la multipremiada película de Alejandro González Iñárritu, cantando "Tú me acostumbraste", bolero de Frank Domínguez.

Chavela Vargas vivió sus últimos años en Tepoztlán (Morelos), a las faldas del cerro del Tepozteco, con quien ella decía hablar y conversar cada mañana. Desde 2009, en varias entrevistas, confesó que le gustaría morir un día domingo y que su funeral fuera un lunes o un martes "para no echarle a perder el fin de semana a nadie". El 30 de julio de 2012 Chavela Vargas fue ingresada en el hospital Inovamed de la ciudad mexicana de Cuernavaca, con problemas crónicos en corazón, pulmones y riñones después de un viaje a España, pero la artista no quiso ser intubada. El domingo 5 de agosto de 2012 se dio a conocer su fallecimiento a través de su Twitter Oficial con la siguiente frase: «Silencio, silencio: las amarguras volverán a ser amargas... se ha ido la gran dama Chavela Vargas».