viernes, 22 de febrero de 2013

EDWUARD GOREY DIBUJANTE TETRICO


Edward Gorey, el amante de los gatos que pensaba en blanco y negro

 

Edward Gorey
“Pienso en mis libros como en novelas victorianas hechas un burruño“. Edward Gorey (1925-2000) escribía e ilustraba historias de presencias oscuras, niños que morían, mansiones decadentes y almas solitarias, pero de algún modo conseguía que hasta lo más tenebroso tuviera un lado entre surrealista y cómico que lo hacía tierno.
Clasificaba su trabajo como “literary nonsense” (“Absurdo literario”), le molestaba socializarse, no le interesaban la promoción, la riqueza ni la fama. Disfrutaba del privilegio de tener la nariz metida en un libro todo el tiempo que fuera necesario.
Tal vez esa mezcla de circunstancias sea la razón de su estatus como autor de culto. Desde su debut en los años cincuenta, siempre fue conocido y admirado por unos pocos, nunca un superventas, pero es muy probable que cualquiera que lo descubra se quede boquiabierto no solo por la singularidad del universo afilado y elegante del autor: la obra de Gorey desenmascara también la supuesta originalidad de algunos héroes pop como Tim Burton
En breves narraciones ilustradas (a veces sólo una frase acompaña a cada dibujo), Gorey recrea la incomodidad que provoca un invitado convertido en intruso, se divierte con el sinsentido de un accidente doméstico, caricaturiza una despedida amarga. Los personajes, larguiruchos y pálidos, se someten a las historias con caras serias, como si tuvieran la certeza de que nada pueden hacer contra la locura de quien los maneja.

En la sección Cotilleando a… de esta semana repasamos la figura de Edward Gorey en una decena de puntos que descubren cómo lo inusual de su caracter se mezclaba con la capacidad creativa.
1. La infancia. Por su aficción al estilo victoriano y eduardiano, la aparente incoherencia de su humor y lo refinado del vocabulario, era frecuente la suposición de que Gorey era inglés.

En realidad había nacido en Chicago (EE UU) y, a pesar de las especulaciones de todo el que se acerca a su trabajo, no creció en un entorno difícil ni tuvo una infancia traumática. Creció en los suburbios de la ciudad, su padre era periodista y la familia se mudaba con frecuencia por razones que el artista nunca supo.
Cuando tenía año y medio hizo el primer dibujo, los trenes que pasaban frente a la casa de sus abuelos. “Eran extrañas y pequeñas salchichas que pretendían ser vagones”, recordó después en varias entrevistas. Aprendió a leer sin la ayuda de nadie a los tres años y medio. Era un niño brillante al que avanzaron de curso en dos ocasiones. Leer y jugar al Monopoly eran sus actividades preferidas. La normalidad con la que habla de la niñez contrasta con la oscuridad de sus personajes infantiles, desdichados y maltratados, que protagonizan obras famosas de Gorey como The Gashlycrumb Tinies (1963) (gash significa corte, tajo y crumb, mequetrefe), un abecedario con nombres de niños que sufren accidentes o enfermedades: “A de Amy, que se cayó por las escaleras; B de Basil, atacado por los osos; C de Clara, que se consumió…”. Cada ilustración en tinta sobre papel muestra sin miramientos el momento que rodea a la desgracia, en blanco y negro, como una pesadilla poética.

2. Ballet. No se perdía ni una representación del New York City Ballet. Tras servir en tareas administrativas al ejército de EE UU (sin salir del país) en la II Guerra Mundial y después licenciarse en Francés por la universidad de Harvard, Gorey se instaló en Nueva York en 1953.
Comenzó acudiendo de vez en cuando al ballet y tres años después era un adicto. Cautivado por el trabajo del célebre coreógrafo ruso George Balanchine (1904-1983), que dirigía a la compañía entonces, Gorey era capaz de distinguir los pequeños matices de una representación a otra, la evolución de las destrezas de los bailarines.
Muchos conocían al artista de haberlo visto en las representaciones y no por su obra, e incluso lo abordaban por la calle para preguntarle por uno u otro show. Cuando Balanchine murió en 1983, Gorey se mudó de la Gran Manzana a su residencia en Cape Cod (Massachusetts), en una casa atestada de libros en la que campaban a sus anchas cinco o seis gatos.
No se ponía elegante para el ballet, vestía como solía ir: con vaqueros y zapatillas deportivas, anillos dorados en casi todos los dedos de las manos y un abrigo de piel; un estilo que Stephen Schiff (periodista de la revista New Yorker que entrevistó a Gorey en 1992) describía como “una mezcla de beatnik aficionado a tocar los bongos y dandi de fin de siglo”.
Demuestra la obsesión por el ballet en varios libros, en especial en The Lavender Leotard (La malla lavanda, 1973), una detallada caricatura del New York City Ballet en el que recrea la atmósfera, las grandes figuras de cada espectáculo, los acontecimientos y pequeños detalles cotidianos de un lugar que casi era una segunda casa.

3. Gatos. “Llevan esas vidas misteriosas, que sólo estan medio conectadas a la tuya. (…) Es interesante compartir la casa con un grupo de gente que obviamente ve, escucha y piensa de un modo infinitamente diferente a ti”. Gorey asemejaba los movimientos felinos al ballet y siempre tuvo varios e intentó capturar su gracilidad sobre el papel: “Se mueven en el instante en que decido hacer un boceto, incluso cuando previamente han pasado horas en estado comatoso”. El autor los consideraba “el amor de su vida”. En el testamento, legó la gestión de su obra a una fundación dedicada a la defensa de los perros y los gatos.

Dancing Cats and Neglected Murderesses (Gatos danzantes y asesinas olvidadas, 1980) es una muestra más de la devoción del autor por los felinos domésticos, de los que decía que eran el amor de su vida. La colección de ilustraciones individuales con texto muestra a gatos en actividades extravagantes que se entrelazan de modo sorprendente con oscuros retratos femeninos.
4. Viajes. A pesar de la curiosidad innata con la que abordaba cualquier manifestación artística y literaria, recorrer mundo no le interesaba. Sólo salió una vez de Estados Unidos, para hacer un viaje a las islas Hébridas, en Escocia.

En una entrevista previa a esa única excursión habló de su aversión por los paisajes extraños: “No. Nunca he estado en Inglaterra. Nunca he salido del país. Todo viene de los libros. Leo sobre todo literatura inglesa. Siempre me gustaron las novelas victorianas. No me gusta viajar ¿Quién cuidaría de mis gatos? Seguramente les daría un ataque de nervios… Excepto en el caso de que ni se dieran cuenta de que me he ido. Soy una persona rutinaria. No quiero trastornos en la barriga, sonidos extraños en mis oídos, ni dormir en camas extrañas”
5. Violencia. En los dibujos sugiere la amenaza en lugar de mostrarla. Gorey odiaba que le definieran como macabro, porque aborda el miedo con absoluta frialdad. Los personajes caen en desgracia y la vida continúa, el momento en que sucede el desastre casi nunca se ilustra, pero la frase que acompaña al dibujo no deja duda del cruel desenlace.

Las estrategias del autor para hacer sentir incómodo al lector no se reducen al miedo a la muerte. Gorey es capaz de crear situaciones aparentemente cómicas que resultan en amenazantes, como sucede en The Doubtful Guest (El invitado dudoso, 1957), una narración ilustrada sobre un extraño ser —parecido a un pingüino— que se instala en la mansión victoriana de una familia adinerada. Sin intención de marcharse y perturbando el día a día de los distinguidos y algo decadentes seres humanos de la casa, la presencia pasa de ser curiosa a desasosegante y después desesperante para el lector, a pesar de la impavidez de los que sufren al invitado.
6. De la alta cultura a Las chicas de oro. La atemporalidad de los dibujos, las numerosas referencias literarias de sus obras y la precisión con que emplea las palabras son sólo una vaga muestra de la erudición del autor, recolector de influencias que van del surrealismo pionero de Lewis Carroll y la observación aguda de Jane Austen a “la captura del momento congelado” que admiraba en pintores como Piero della Francesca, Georges de la Tour, Vermeer y (por supuesto) Francis Bacon.
Tenía una pequeña colección de arte, reunía postales decimonónicas de bebés muertos (“siempre me dicen que no lo mencione”, apuntaba en una entrevista) y compraba libros de manera compulsiva. Aunque tuviera un volumen repetido cinco veces, no se podía desprender de ningun ejemplar. De Murasaki Shibiku (escritora japonesa del siglo X), al novelista victoriano Anthony Trollope, pasando por Borges, Gorey leía y releía incluso lo que detestaba (como era el caso de las novelas de Henry James).
Junto a esa vena erudita, convivía la atracción por los culebrones baratos y las series de televisión que nadie sospecharía que fueran de su gusto. Las chicas de Oro y Buffy Cazavampiros (“la recomiendo sin ninguna reserva”) fueron algunos de sus fetiches. Salvando las distancias, al final de su vida, quedó prendado de Expediente X. “Vivo para ver la última temporada”, dijo en 1998.
7. Asexual. Nunca se casó ni se le conocieron romances. Su apariencia extravagante se complementaba con una voz algo nasal y una expresión corporal amanerada; pero nunca afirmó ni desmintió su posible homosexualidad: “No soy ni una cosa ni la otra (…). Soy una persona antes que todo eso“. Algunos críticos detectan en el trabajo del artista una sexualidad reprimida. Él respondía con indiferencia a ese análisis: “No lo sé, yo no sé de lo que escribo. Nunca me he sentado a averiguarlo”.

The Curious Sofa (El curioso sofá) es tal vez su obra más cercana al erotismo, clasificada por su autor como “pornográfica”, el lenguaje rebuscado y las ilustraciones cuidadosamente planeadas evitan cualquier referencia al sexo mientras queda patente que no se habla precisamente de un sofá. Gorey recuerda con ironía haber recibido cartas de padres que destacaban lo mucho que sus hijos pequeños habían disfrutado con la historia.
8. Dibujante aficionado. Sus estudios artísticos se reducían a un semestre en el Instituto de Arte de Chicago. Se sentía inseguro en cuanto a la calidad de sus dibujos y le gustaba pensar en sí mismo como escritor (“mis ideas tienden a ser primero literarias en lugar de visuales”).

Declaraba que nunca había hecho una ilustración que no fuera para un libro, que nunca sabía cómo iba a ser el dibujo hasta que no estaba hecho: “Cuando trato de visualizarlo antes( …) me paralizo y el resultado suele ser terrible“.
Muy de vez en cuando se atrevía a colorear con acuarelas el mundo en blanco y negro que albergaba casi siempre a sus personajes. Gorey estaba acostumbrado a que sus libros fueran publicados en editoriales modestas que no iban a permitirse el lujo de publicar nada a color. “He terminado pensando en blanco y negro“, sentenciaba.
9. Teatro. “Pienso al estilo de las películas de cine mudo”, decía cuando le preguntaban por la influencia cinematográfica en sus trabajos. La obra de Gorey es teatral, cada escena es un momento congelado que bien podría ser un fotograma. No es casualidad que se encargara del diseño en 1977 del vestuario y la escenografía de una adaptación del Drácula de Bram Stocker, primero representada en Nantucket (Massachusets) y luego en Broadway.

Los sets, en blanco y negro y en dos dimensiones, marcaron tanto la adaptación que pronto se terminó conociendo como “la versión de Drácula de Edward Gorey”. Ganó el premio Tony al mejor vestuario y, por supuesto, no fue a recogerlo. En 2007 se editó un hermoso libro desplegable que recreaba los escenarios y los personajes de la novela de Stocker imaginados por Gorey.

The Mikado (1983) fue su otra gran aportación al teatro. La ópera cómica escrita por W.S.Gilbert (1836-1911) y Arthur Sullivan (1842-1900) satiriza en dos actos la Inglaterra del siglo XIX con la seguridad que proporcionaba entonces hablar de un país tan lejano como Japón. En un estilo luminoso y colorista, poco habitual en él, Gorey —gran admirador de la cultura japonesa— diseñó también la escenografía y el vestuario de la adaptación.
10. Asocial. A pesar de que a veces se le asocia por error con la literatura infantil, no tenía intención de acercarse a ese público. Su relación con los niños fue nula y declaraba no sentirse cómodo con ellos alrededor, pero tampoco los adultos eran fáciles.

“Eventos sociales… ¡Buf! Ya sabes”. Gorey se recluía con agrado en su casa de Cape Cod, llena de pilas de papeles y libros, descuidada hasta el punto de que en una ocasión un trozo de techo se derrumbó.
Con frecuencia Gorey se escudaba en una sordera para justificar su vida monacal. “Soy ligeramente sordo… más que ligeramente. Durante años lo he pasado mal en los intermedios y en las reuniones. Estoy allí de pie, sonriendo dulcemente y preguntándome de qué habla todo el mundo porque no llego ni a oir una de cada diez palabras (…). Muchas ocasiones sociales me dejan menos que entusiasmado”, decía en 1992.
Pasó los últimos años de su vida sin dejar de dibujar, pero en ese silencio social que no le molestaba en absoluto, en el micromundo de libros, pinturas y películas almacenados sobre los que dormían sus gatos. En abril del año 2000 murió de un ataque al corazón.

martes, 19 de febrero de 2013

NICOLÁS COPÉRNICO EL HOMBRE QUE PUSO LA TIERRA EN MOVIMIENTO

El astrónomo protagonista hoy, en el 540º aniversario de su nacimiento, del nuevo doodle de Google formuló en el siglo XVI la revolucionaria teoría heliocéntrica con la que demostró que los planetas giran alrededor del Sol.
 
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¡Gracias!Envíando datos... Espere, Nicolás Copérnico no vio publicada su obra hasta el año de su muerte. Sabía este visionario astrónomo que sus ideas desafiaban las creencias religiosas de la época que le tocó vivir y contradecían la aceptada teoría que defendía que la Tierra era el centro del Universo. A su alrededor, giraban sin pausa los planetas, la luna y el Sol. Este modelo de cosmos, ajustado a los dogmas eclesiásticos de que la humanidad, y por tanto, la Tierra, eran el centro de la creacción divina, chocaba con lo que el astrónomo polaco dedujo después de observar el firmamento durante 40 años. No era el Sol, ni las estrellas, ni la Luna, los que giraban alrededor de una Tierra inmóvil. Era esta la que se movía, junto con el resto de astros celestes, orbitando alrededor del Sol.

Nicolás Copérnico nació hace 540 años en la ciudad de Torun -motivo por el que la portada de Google ha amanecido hoy, una vez más, con un especial logotipo sobre la caja de búsquedas, un doodle astronómico que conmemora al astrónomo y su teoría heliocéntrica del Sistema Solar- y vivió en Frombork desde el año 1510 hasta su muerte. Allí instaló un observatorio en una de las torres de la muralla que cercaba la catedral desde donde todas las noches contemplaba el cielo. El resultado de horas y horas de espera mirando el firmamento fue una auténtica revolución científica, la certeza de que los planetas giran por sí mismos y alrededor del Sol.

Nicolás Copérnico y su teoría desmontaron de golpe la fórmula enunciada por el astrónomo y astrólogo Claudio Tolomeo, el primero en plantear que la Tierra era el centro del Universo; que el Sol, la Luna y las estrellas giraban a su alrededor. El modelo de Tolomeo, que elevaba al hombre a protagonista absoluto, fue apoyado por la Iglesia durante toda la Edad Media y puso freno al ascenso de la astronomía durante más de un milenio. Por fin, en 1543, el clérigo polaco Nicolás Copérnico se atrevió a publicar una hipótesis totalmente distinta: el Sol, y no la Tierra, se encontraba en el centro del cosmos.

A esta conclusión llegó Nicolás Copérnico tras pasarse 40 años observando en cielo el paso de cada estrella por el meridiano de una rendija, una labor para la que hoy un astrónomo precisa tan solo una noche. Sin embargo, la visionaria teoría de Copérnico chocó de inmediato con el muro de contención eclesiástico, que en el año 1616 censuró su teoría heliocéntrica para reafirmar la inmovilidad de la Tierra. El enfrentamiento entre la concepción de Tolomeo y la de Nicolás Copérnico (centrado en el Sol o en la Tierra) alcanzó su punto culminante en los siglos XVI y XVII de la mano de un hombre que también era astrónomo y astrólogo a la vez: Johannes Kepler. Mientras se ganaba la vida elaborando horóscopos y calendario astronómicos, a Kepler le inquietaban otras explicaciones alternativas a la organización del universo. Tras años de intenso estudio, y al igual que otros que vinieron detrás como Brahe y Galileo, se unió a la hipótesis de Nicolás Copérnico y comprendió que es indiscutible la teoría de que los planetas se mueven en una elipse alrededor del Sol, revolucionarias ideas que caminaban a un paso infinitamente superior que las estancadas y dominantes creencias religiosas que imperaban en la época.

La obra de Nicolás Copérnico De Revolutionibus Orbium Coelestium (Sobre el movimiento de las esferas celestiales) fue suspendida el 1 de marzo de 1616 por la Iglesia. Este volúmen fue publicado póstumamente en 1543. Hasta 1835, el texto de Nicolás Copérnico permaneció en el índice de libros prohibidos (Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum).

domingo, 17 de febrero de 2013

FIN DE SEMANA

Pues sí amigos se acabó el fin de semana, os diré que nada hice solo disfrutar de unas horas.................no lo creais. Me levanté con el ánimo de ir a ver amis nietos, yo muy compuesta por la alegría bajo y  miro el coche...............¡¡¡SOCORRO!!!! en ese momento me acordé de todos los familiares de los que habían pasado por allí, el cristal del parabrisas hecho añicos...........sudores, nervios, mala leche, móvil por aquí, móvil por allá y nada que tenía que esperar al lunes pues el seguro no trabaja los domingos, y yo me pregunto ¿porqué tenemos que llamarlos a algún 902 las 24 horas del día si no pueden hacer nada ..porque los 24 horas del día son los 365 días del año, así que amigos, os gustó mi fin de semana, quieta en casa sin moverme y a esperar el lunes otra vez a llamar al 902 que luego en la factura sale por un pastón. Ahora lo dejo aquí cuando se acabe todo el papeleo os contaré como se acabó "MI" fin de semana.

sábado, 16 de febrero de 2013

ASTEROIDES 2013

ASTEROIDES

Cuando apenas faltan unas horas para que el asteroide 2012 DA14 pase rozando la Tierra, astrónomos y curiosos de todo el planeta preparan sus instrumentos para no perderse ni un detalle del acontecimiento. Ahora, la empresa de software espacial Analytical Graphics Inc. (AGI) ha elaborado este detallado vídeo con todo lo que, a día de hoy, se conoce sobre este «invitado» espacial.

El punto de máximo acercamiento de 2012 DA14 se produirá a las 20.24 (hora española) de este mismo viernes. Entonces, el asteroide pasará a apenas 27.630 kilómetros de distancia de la superficie terrestre, casi 8.000 km por debajo de la constelación de satélites de órbita geoestacionaria.

Pero los analistas de AGI han querido mostrar cómo se vería la aproximación desde la perspectiva del asteroide. La compañía, que fabrica software espacial para el ejército de los Estados Unidos, ha reunido en esta animación todo lo que los astrónomos conocen sobre la trayectoria del asteroide, además de una recreación de su acercamiento a la Tierra y de su "sobrevuelo" por las regiones que, efectivamente, atravesará.

Por supuesto, el vídeo también muestra cómo 2012 DA14 pasa «por debajo» de la constelación de satélites geoestacionarios y añade el efecto perturbador que las gravedades combinadas de la Tierra y la Luna ejercerán sobre su órbita.

jueves, 14 de febrero de 2013

SAN VALENTIN- GEORGE FERRIS

 


El aniversario de su nacimiento sirve de pretexto para que el buscador le dedique un doodle al creador de la noria de Chicago.George Ferri es el protagonista del dodle de Google. Elbuscador más usado del mundo celebra el día de los enamorados con un diseño que hace referencia al amor entre animales por San Valentín y al constructor de una de las norias más grandes de la historia. La celebración del 154 aniversario de su nacimiento en Galesburg, en Illinois, es el motivo que se encuentra tras su aparición en la cabecera de la web más usada del planeta. La noria es una mole de 80 metros de altura levantada en chicago para la celebración de la Exposición Universal de Chicago en 1893. También el mismo diseño sirve de homenaje para San Valentín, con un dibujo que une a animales entre sí para celebrar el día de las parejas en todo el mundo. Un doodle lleno de amor y en el que la noria de George Ferris y la montaña rusa tienen su hueco de forma muy dinámica.

Un auténtico milagro de hierro que sorprendió a los ciudadanos americanos que asistieron a la muestra y que acabaron por identificarla como la rueda de Ferris. El ingeniero homenajeado por Google recibió el encargo de superar la obra de Eiffel, la inmensa torre que corona Paris, y que ya en 1889 sorprendió a los propios parisinos. Así, George Ferris viajó hasta la capital francesa para conocer de cerca las características arquitectónicas de la torre Eiffel y ampliar sus conocimientos sobre la construcción con metales.
Ya en 1893 se estrenó en Chicago la obra de George Ferris. La pieza medía 80 metros de altura y 76 de diámetro, disponía también de 36 vehículos con sillas en las que se podían acomodar más de sesenta personas. Así, el ingeniero homenajeado por Google en su doodle logró construir una atracción que llegó a cargar más de 38.000 pasajeros diarios. La exhibición fue todo un éxito de público que llegó atraído por la posibilidad de montarse en la noria gracias al bajo precio de su entrada, que costaba alrededor de 50 centavos de dólar. Hasta que fue demolida en 1906, más de dos millones y medio de personas usaron la estructura para su propia diversión.
Hoy en día, la obra de George Ferris sigue viva en el imaginario de los estadounidenses. De hecho, es recurrente su nombre cada vez que se eleva una noria en alguna ciudad de Norteamérica. También se puede ver como sucesor el famoso London Eye que se levanta en la capital británica. Con la misma intención de celebrar un hito mundial como en la obra del ingeniero homenajeado por Google, el ojo de Londres se encuentra en la orilla del Támesis con la intención de exaltar la entrada del nuevo milenio.
El Día de San Valentín llega a Google con un doodle compartido con el gran George Ferris, el creador de la gigantesca noria de 80 metros ubicada de Chicago. San Valentín, ese día en el que los enamorados se expresan su amor y cariño, es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantando en otros lugares a lo largo del siglo XX. De este modo, San Valentín se celebra el 14 de febrero, onomástica de San Valentín.También conocido en muchos lugares como el Día de los Enamorados e incluso el Día del Amor y la Amistad.
El origen del Día de los Enamorados, celebrado por Google a la vez que el aniversario de George Ferris, no viene de hace poco, ni surgió por intereses comerciales, sino que data de la época del Imperio Romano, cuando San Valentín era un sacerdote que ejerció como tal en Roma, hacia el siglo III a.C. Fue cuando el emperador Claudio II decidió prohibir la celebración de los matrimonios para jóvenes, porque suponía que los chavales solteros sin familia eran mejores soldados, cuando San Valentín se sublebó y desafió al emperador al considerar este decreto injusto y egoísta. Fue así, como San Valentín comenzó a celebrar en secreto matrimonios para los jóvenes enamorados -popularizándose hasta nuestros días-. Pero Claudio II no tardó mucho en enterarse, por lo que sabiendo de la enorme reputación de la que gozaba el sacerdote, lo hizo llamar para que acudiése a Palacio. San Valentín aprovechó la ocasión para hacer proselitismo del cristianismo. Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza. Razón por la el emperador dio orden para que encarcelaran a San Valentín.
No contento con ello, el oficial Asterius quiso ridiculizarlo y ponerlo a prueba, por lo que retó a San Valentín a que devolviése la visión a su hija Julia que nació ciega. San Valentín, quien da nombre al día de los enamorados que celebra Google a la vez que el aniversario de George Ferris, aceptó la propuesta y, en nombre de Dios, le devolvió la vista. Asterius y su familia quedaron impactados con tal acontecimiento y se convirtieron al cristianismo. Pese al milagro obrado, San Valentín siguió encarcelado. Poco tiempo después, Claudio II ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, curada de su vista y muy agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. Motivo por el almendro se haya convertido en el símbolo del amor y amistad para siempre.
Fue en Angloamércia, en torno a 1840 cuando, Esther A. Howland comenzó a vender las primeras tarjetas postales para el Día de San Valentín, conocidas en muchos lugares como "valentines". Además, en San Valentín tambien es común la tradición de regalar rosas a aquellas personas a las que se tiene un especial afecto. No obstante, algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, puesto que en la Antigua Roma se realizaba la adoración al Dios del Amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. Sin duda, una buena historia la que se esconde tras el origen del día de los enamorados que Google celebra en el aniversario de George Ferris.


miércoles, 6 de febrero de 2013

100 ANIVERSARIO DE MARY LEAKEY PANTEÓLOGA



Mary Leakey, una de las figuras clave en el estudio de la evolución humana
La paleontóloga, homenajeada hoy por Google en el centenario de su nacimiento, fue una de las responsables del descubrimiento del primer cráneo de simio fósil, un paso de gigante en la búsqueda del origen del hombre
Mary Douglas Nicol Leakey (1913-1996) nació, amó y vivió como arqueóloga, es inconcebible aproximarse a la biografía de esta científica, sin obviar que la prospección de su vida se diluye en la prospección de campo.
Fue una niña precoz, sus juegos no consistían en la mera imitación de la conducta del adulto, necesitaba descubrir cuáles eran los engranajes que articulaban la historia de la humanidad. Su espíritu inquieto la abocaba indefectiblemente hacia la experimentación, no se conformaba con las lecciones fundamentadas en dogmas absolutos aprendidas en su escuela de monjas londinense.
Tan molesto le resultaba la falta de inquietudes académicas que se jactaba de ridiculizarlas con bromas que habían ocasionado la movilización de un gran número de ellas tras explosionar uno de los laboratorios de química como consecuencia de uno de sus experimentos.
La expulsaron de varios colegios católicos aunque cabría preguntarse si por la obstinación de Mary para con el conocimiento, o por la de su madre empeñada en inculcar una educación convencional a una niña cuya amplitud de miras se proyectaba mucho más allá de la norma establecida.
Cercana a su casa, se encontraban algunas cuevas Prehistóricas, Mary en su afán expeditivo, se adentraba en ellas, armada con lápiz y papel, reproduciendo detalladamente todas las representaciones pictográficas que observaba, ese don artístico lo había heredado de su padre, Erskine Nicol, pintor de paisajes. Progresivamente fue confeccionando un manual ilustrado de las herramientas fabricadas por el hombre.
Admiraba a un antropólogo, especialista en el estudio de homínidos, cuyo campamento base se encontraba ubicado en la Garganta de Olduvai (Tanzania), el Dr. Louis Leakey, Mary decidida a conocerlo y sin ningún temor a no ser recibida, se presento ante él, no podemos saber lo que le comentó, o con que intensidad argumentó, pero si podemos afirmar que Louis abandonó a su esposa y se casó con Mary.
Ambos se trasladaron al Yacimiento arqueológico, en donde Mary contribuyó con sus descubrimientos a entroncar al homo habilis con el homo sapiens, estableciendo un período de convivencia entre las dos especies que abarcaba dos millones de años. Su formación autodidacta en geología y la minuciosidad para sustraer vestigios cuyas dataciones esclarecieran las dudas en la cadena evolutiva la situaron ante un nuevo hallazgo; una pista de 89 metros de largo en donde quedaron marcadas las huellas del homo habilis, estas muestras ratificaron la teoría en cuanto el homo habilis se desplazaba de forma bípeda y contribuyeron a poderse descifrar las claves del estilo de vida durante el Pleistoceno.
El eje central de su vida lo conformaron la arqueología, su esposo, hijos y nietos, impartió conferencias en muchos y diversos países. Cuando decidió retirarse se trasladó a una colina desde donde divisaba la Garganta de Olduvai, su fuente de inspiración para seguir redactando artículos hasta el día de su fallecimiento a la edad de ochenta y tres años.
En una entrevista concedida hacia el final de sus últimos días de vida afirmó: “lo que he hecho en mi vida lo he hecho porque quería hacerlo y porque me interesaba”